miércoles, 22 de marzo de 2017

ESCAPADA A TOLEDO

Camine por calles estrechas y empedradas, fue como viajar a tiempos pasados como la edad de bronce. Que bonitas son tus murallas, que se aposenta por las características del terreno sobre un escarpado promontorio quedando fortificada por el profundo río Tajo que se arquea  dulcemente en su vado, para enmarcarle concediendo un carácter defensivo, el cual sirvió como defensa natural desde la época prehistórica. Pero lo que es increíble es el Alcazar la gran fortaleza militar construida en el siglo III fue un palacio romano donde, tras la reconquista de la ciudad, establecieron el pretorio, sede del magistrado o pretor. Durante la época visigótica el rey Leovigildo estableció en él su capitalidad en el año 568. A partir de entonces se utilizaron las inmediaciones para «residencias regias que se completaron con la construcción de las iglesias «pretorienses», llamadas así por su proximidad al pretorio, como la de Santa Leocadia. Se cree que en esta iglesia están enterrados, flanqueando la tumba de la santa, los reyes Wamba y Recesvinto el cual —junto a Chindasvinto — creó el Fuero Juzgo